El impacto mediático del caso Omar Bravo se extendió más allá de la cancha. A sus cuarenta y cuatro años, el exdelantero del Club Guadalajara enfrenta una de las acusaciones más graves posibles: abuso sexual infantil agravado.
Fue detenido el sábado cuatro de octubre en Zapopan, Jalisco, por elementos de la Fiscalía General del Estado (FGE), que cumplimentaron una orden de aprehensión derivada de una denuncia presentada hace meses por la madre de una menor de edad. El exfutbolista fue puesto a disposición de un juez de control, quien ordenó prisión preventiva oficiosa mientras se determina su situación jurídica.
Bravo fue trasladado al penal de Puente Grande, donde permanecerá al menos hasta el viernes diez de octubre, fecha en que se celebrará la audiencia definitiva para definir su vinculación o no a proceso. La defensa solicitó la duplicidad del término constitucional de ciento cuarenta y cuatro horas, con lo que busca reunir pruebas a favor del acusado.
De acuerdo con la carpeta de investigación, la Vicefiscalía Especializada en Atención a Mujeres, Niñas, Niños y Adolescentes, Razón de Género y Familia ha integrado un video que la víctima grabó con su teléfono móvil. Dicho material, según reportes periodísticos, muestra parte de los hechos denunciados y constituye una de las pruebas más relevantes para sustentar la imputación.
Fuentes cercanas al caso informaron que la menor decidió participar en la grabación para obtener evidencia directa antes de revelar la situación a su familia. Posteriormente, la denuncia fue ratificada ante la autoridad competente y respaldada con peritajes psicológicos y médicos.
Durante la audiencia inicial, Bravo se abstuvo de declarar. Su defensa, encabezada por un despacho privado con sede en Guadalajara, argumentó que el proceso enfrenta un “linchamiento mediático” y exigió que se respete la presunción de inocencia.
La FGE de Jalisco, por su parte, confirmó que continúa recabando testimonios y evidencia digital, mientras el caso permanece bajo reserva judicial por involucrar a una menor de edad.
El proceso ha generado una oleada de reacciones en redes sociales, especialmente entre aficionados del Club Guadalajara y excompañeros del jugador. Algunos piden prudencia ante la falta de sentencia; otros exigen justicia inmediata. El caso ha reavivado el debate sobre el abuso infantil en el deporte mexicano y la necesidad de protocolos de protección más efectivos para niñas, niños y adolescentes.